Llegan las vacaciones y la blogosfera se deshincha, el reader baja el ritmo, los comentarios - alimento diario- de los egos de los bloggers desaparecen
salvo honrosas excepciones, las estadísticas caen en picado.
De todo esto se deduce que la actividad bloggera coincide con el calendario laboral y académico, si señor, que levanten la mano los que se conectan desde el curro o desde la pupitre, ¿quién se conecta en verano?, ¿dónde esta la wifi en las playas? prometida en campañas electorales -no estoy muy seguro de esto último-, ¿dónde están los trolls?, y los censores, los jueces de los jueves. Seguro que si la portada del jueves hubiera salido en agosto, no la censuraba ni dios.
Pues aviso a navegantes, a mi, cuando más se me va la pinza es en agosto, la combinación de un estado de embriaguez continuo combinado con este calor que reblandece el cerebro, licua una serie de post paridosos donde los haya.
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