El motorista fantasma (
Ghost Rider - 2007).
Fuerte truño.
A continuación, una reseña un poco más elaborada, pero que quede claro que el neto ya está explicado en el párrafo anterior.
Me mosquea mucho ver una película como esta. Los que me conocen saben que soy un
friki de los comics, y a mucha honra. Los que no, habrían podido fijarse un poco más en el título del
Blog.
Como gran aficionado y sibarita del noveno arte, decía, me revienta que cojan a un personaje con potencial, con historia, con cierta profundidad psicológica y, sobre todo, con una chupa molona de cuero y un cráneo en llamas por cabeza, y lo conviertan en el aplatanado protagonista de un
Estrenos TV. El guionista de este engendro (Yo soy un tipo raro que le da más importancia al guión que a la dirección, y me suda el espolón izquierdo lo que puedan decir las revistas de cine) es Mark Steven Johnson, el mismo que perpetró
Daredevil, así que la cosa venía anunciada.
Vamos a hacer un pequeño resumen:
Johnny Blaze es un changa gilipollas adolescente que vive con su familia en una especie de circo. Su padre, que no es su padre, pero da igual, va a morir de una enfermedad muy mala, muy mala, así que el bueno de johnny se emborracha y acaba haciendo un pacto con el diablo para que salve a su padre que no es su padre. El diablo lo cura de la enfermedad pero a los dos días muere haciendo el imbécil con la moto (El padre, no el diablo). Johnny queda muy afectado (Cae de rodillas al suelo y grita mirando el cielo; sutilezas las justas). El diablo le dice que se joda, haber leído la letra pequeña, ahora tu alma es mía para siempre o algo así. Y ahora adiós, que me tengo que ir. Y se va.
Johnny, Johnny, Johhny ¿En
qué estabas pensado? Se
necesita ser tolete...Johhny, por razones que ni se explican, ni falta que hace, huye en su moto chopper. Deja tirada a su novia,
Roxy. Para que no lo acusen de blandengue, primero la convence de que se fugue con el y luego la deja colgada, debajo de un árbol, lloviendo a cantaros y sin darle explicación alguna. A estas alturas el público en su totalidad está pensando "Bueno, a lo mejor remonta". Craso error.
Pasan los años. Johhny ya no es un adolescente, pero sigue siendo un changa gilipollas. Ahora tiene mogollón de pasta -lo que no ayuda precisamente a que te caiga más simpático- porque trabaja en su propio espectáculo de hacer el imbécil con la moto. Pasa el tiempo leyendo el Necronomicón y poniendo cara de interesante delante del espejo. Casi nunca le sale.
Total, que se acaba por encontrar con Roxy otra vez, que ahora es presentadora de televisión, y la han mandado a hacer un reportaje del espectáculo de motos. Típico día sin noticias. A la Roxy con el paso de los años le han crecido las tetas y ahora gasta un escote que tira de espaldas. Johhny, de repente, se vuelve a enamorar. No podría asegurar que las dos eventos anteriores no estén relacionados.
El caso es que Roxy NO hace lo que habría hecho cualquier mujer en sus cabales. NO lo manda a que le den por donde cargan los camiones. Ni siquiera le dice "Johnny, no has madurado nada", y eso que el tío se lo ha puesto a huevo. Todo lo contrario, es verlo hacer el gilipollas changa con su moto y sentir renacer la llama del amor. La crisis de los 40, creo que lo llaman.
A Johnny, por otro lado, se le ha presentado un pequeño problemilla. Nada grave. Por las noches se convierte en el motorista fantasma y
apatrulla la ciudad dando palizas a los malvados y facinerosos. Nada que merezca la pena comentarle a tu nuevo novia, la que dejaste plantada debajo de un árbol hace tantos años. Total, la sinceridad en las relaciones de pareja está muy sobrevalorada. Y Roxy no parece de las que leen el Cosmopólitan.
A todas estas, aparece otro demonio, más joven, temible, oscuro y cruel, pero elegante a la par que informal. Lo primero que hace es conseguirse a otros tres demonios más para irse de juerga: Un demonio del agua, uno del viento y otro de la tierra. Se ve que se les acabó el presupuesto y no pudieron llegar al fuego. Eso que nos ahorramos. En este momento la película deviene videojuego. Los siguientes minutos el motorista fantasma se va cepillando a los malos malosos, hasta llegar al jefe de nivel. Este le cuenta su plan maestro de conquistar el mundo, pero es tan aburrido que hasta el guionista se durmió durante esa parte y no queda nada claro. A nadie en absoluto del cine, e incluyo al público, a los actores y al acomodador, le importa una mierda de comino.
Sorprendentemente (para un niño de tres años) aparece de nuevo el demonio original, que no estaba muerto, estaba de parranda. Resulta que el demonio lechuguino es su hijo, que quiere arrasar la tierra básicamente para desafiar la autoridad paterna. A veces, una nalgada a tiempo evita males mayores. El caso es que el viejo ya se la estaba oliendo y preparó al bueno de Johnny para que le auxiliara en este trance. Este accede a ayudarle, pero no de buena gana: "estas no son maneras" le dice. "Que sepas que me he quedado con tu cara", amenaza. Incluso se pone al lado y dice, mirando para otro lado como quien no quiere la cosa: "Aqui huele a demonio". La tensión crece por momentos. Parece que la jodida película no acabará nunca.
Pero todo, incluso lo malo, tiene su fin. El motorista le da la del pulpo al demonio hijo. Podría darle también de trompadas al padre, pero no lo hace, porque hay que dejar un resquicio para la segunda parte. Después de todo, existe la posibilidad de que la peli le guste a alguien. Y si no, siempre tenemos la lobotomía.
Para recompensar la fidelidad, el apoyo y el darle una segunda oportunidad, Johhny vuelve a dejar tirada a Roxy, pero esta vez sin lluvia. A Roxy no parece afectarla demasiado, de todas maneras. Supongo que está aliviada de ver que ya se acaba la peli. O a lo mejor pensó que darle el pecho a un pequeño bebe que tiene la cabeza envuelta en llamas no podía dejar de ser doloroso. Hay que reconocer que sería una auténtica lástimas estropear así tantas horas de excelente cirugía.
También aparece en la película un vaquero fantasma, un señor gordo que es el mejor amigo de Johnny, (que muere a los 40 minutos de metraje, como está mandado), y un par de coleguillas más del director en otros papeles menores, pero como no aportaban nada a la historia, los he omitido en esta reseña. Ojala hubieran hecho lo mismo en el montaje.
Clasificación global: 1 espolón. No vayas a verla ni a tiros. Cómprate el comic. Da un paseo. Lo que sea.
Contraindicaciones: Si, después de leer esta reseña, decides no ir a verla, que sepas que me debes una. Si, aun después de haberla puesto a parir así, la ves, solo puedo decir: BHA-HA-HA-HA-HA.
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