Más vale tarde que nunca.
Fui el viernes pasado (12 de mayo) a la presentación en el Museo de la Ciencia y el Cosmos de la colección ¡Vaya Timo! Tuve la suerte de coincidir allí con el amigo Otama, de
DiaUno, al cual agradezco las fotos que acompañan esta entrada.
Como he tardado un huevo de pato en hacer la crónica, pues ya me he leído dos. El del creacionismo (Ernesto Carmena) fue el primero, quizás porque me preocupa bastante esta nueva oleada de estupidez, camuflada ahora con el contradictorio término
diseño inteligente. El libro me gustó bastante: cañero, claro y con buenos argumentos. A algún
meapilas le parecerá demasiado fuerte.
El siguiente fue el de los ovnis (Ricardo Campo), un completo resumen de las variadas y contradictorias teorías que pueblan el mundillo
ufológico, junto con las técnicas más usadas para engañar, camuflar o presentar como ocultos hechos que, mirados con un poquito de atención, se revelan normales y hasta triviales. Muy interesante y quizá merecedor de una ampliación. Como comentó su autor, debe ser el libro sobre ovnis que menos kilómetros acredita, todo un logro.
El de la Sabana Santa (Félix Ares), lo acabo de empezar, así que sólo puedo comentar que me está gustando, pero me parece que ya sé como acaba:
Atención, spoiler:
va a ser que es un trapo del siglo XII, más o menos.
Fin del spoiler. Creo que al autor, como a mí, aun le cuesta entender que haya gente, cristianos o no, que puedan creer firmemente en semejante memez.
Por lo visto y leído hasta ahora, la colección me parece excelente. Creo que el tono general está muy conseguido: rigor sin abandonar la diversión, pensamiento crítico sin complejos. Hechos, pruebas y evidencias en vez de deseos, fantasías y engaños.
Alguien ha comentado por esos foros la elección del nombre de la colección: que un lema como "Vaya timo" puede echar para atrás a los magufos convencidos. Parte de razón tiene, pero de todas formas estos solo accederían leer uno de estos libros tras una severa terapia de electroshocks y/o una
lobotomía radical, así que el objetivo parece ser la gente con la cabeza bien amueblada, pero que no lo tiene claro, o incluso el crédulo que está empezando a dudar. Tengo la hipótesis de que todos los escépticos crecemos con un pequeño crédulo adentro, que nos impulsa a devorar revistas como
Año Zero y exigen silencio cuando echan
Más Allá o
Cuarto Milenio por la tele. Pero claro, luego crecemos, empezamos a pensar, nos planteamos el porqué de tanta contradicción y si no habrá explicaciones más lógicas. Finalmente, descubrimos
la navaja de Occan y le cortamos el cuello al pequeño cabrón. Fin del pequeño crédulo que llevamos dentro.
Las fotos, cortesía de Otama, como ya dije, porque yo soy tan miserable que ni siquiera tengo cámara en el móvil. Ahora que lo pienso, apenas tengo móvil. ¿Se han dado cuenta de cómo ha cambiado la cosa en 10 años? Antes sólo los ricos tenían teléfono celular, ahora tienes que ser millonario para poder permitirte el lujazo de no tener móvil. Pero me estoy desviando del tema:
Inés Rodríguez, directora del Museo de la Ciencia y el Cosmos, Javier Armentia, director del planetario de Pamplona y Ricardo Campo, autor del libro Los ovnis ¡vaya timo! en la presentación de la colección.
Y mi propuesta para nuevos libros:
- Las mega-conspiraciones ¡vaya timo!
- Políticamente correcto ¡vaya timo!
- Relativismo cultural ¡vaya timo!
- Roswell y el Area 51 ¡vaya timo!
- Ovnis en la antigüedad ¡vaya timo!
Hay otros que se venderían bien, pero debido a la amplitud de
los temas, ameritan su propia colección:
- El gobierno de Canarias ¡vaya desastre!
- Los editoriales de El Día ¡vaya mierda!
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